A partir del año 2022, nunca se me pasará por alto un Día de Reyes. No ha sido una celebración a la que le haya prestado atención antes… más que compartiendo una torta entre amigos o familia por puro efecto del Marketing efectuado por cadenas pasteleras y panaderías grandes.

Siempre he percibido esa fecha como una celebración española y mexicana, pero no chapina.

Sin embargo, desde este año que avanza en adelante será para mi el aniversario de la cirugía con la cual removieron las células cancerígenas de mi rostro.


Ese día amanecí extrañamente tranquila, y mi fiel compañía fue mi mamá. Sé que mi hermana habría querido estar pero por razones laborales no podía tomarse el día solo para hacerme “upas” como decimos en Guatemala. Pero si nos pasó dejando al sanatorio donde me operaron. Y de regreso se ofreció mi tía y su esposo… Es decir, apoyada durante todo el proceso…

Fue un día largo, pues por el contexto de pandemia empecé con una prueba para confirmar que estuviera libre de contagio, y luego, a esperar el procedimiento tradicional pre-operatorio para una cirugia como esa.

Fotograma de un video que grabé ese día.

Aunque no pasé la noche, si fue una cirugía realizada en un quirófano, bajo anestesia, con todo las medidas de seguridad. El Centro de Cáncer en donde está la clínica del Dr. Castillo cuenta con las instalaciones profesionales para llevar a cabo este tipo de procedimientos.

El Dr. Herbert Castillo entró con una seguridad y fe en Dios que terminó por compementar mi tranquilidad. Ya ese día tenía la certeza que todo estaba bien, bajo control.

Del procedimiento solamente puedo decir que recuerdo ingresar al quirófano y de repente medio abrir los ojos ya con gasa en el rostro. Uno como paciente se va a un sueño extraño que pareciera durar 2 segundos.

Mi mamá me cuenta que todo salió bien, según le comentó en esos momentos el doctor, se aseguraron de limpiar los alrededores y hacer biopsias para asegurarse con pruebas tangibles.


La recuperación sería de reposo absoluto los primeros días, luego un par de semanas sin poder bajar el rostro, hacer yoga, caminar fuerte, etc. A los 2 días de la cirugía me dio una fuerte fiebre, tanto, que estábamos seguras que era COVID19 y así “chueca” como me sentía me llevaron a hisoparme: Negativo. Solo fue un bajón de defensas, probablemente.

Fiebre de 39 grados un par de días después de la cirugía.

Pero después de ese período de fiebre por uno o dos días, todo fue estable, me sentí muy bien de ánimo y sobre todo, agradecida.

La visita de seguimiento con el Dr. fue bastante satisfactoria, y unos meses después, con la Dra. Román (dermatóloga), también.

Con Doctor Herbert Castillo

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