Foto de Erik Witsoe en Unsplash

Debo confesar que cuando alguna vez leí o supe de algún caso de cáncer de piel, antes de mi experiencia, de alguna forma pensaba que “no podía ser nada grave”.

Recuerdo muy bien mi tranquilidad cuando al ir con la dermatóloga para la biopsia de la mancha que cambió de color, pensé “¿qué es lo peor que puede pasar? ¿que me lo quiten con láser?”.

Había escuchado algún caso conocido como el de Hugh Jackman, quien empezó a generar conciencia en torno al cáncer de piel cuando en 2013 le diagnosticaron un carcinoma de células basales, que es uno de los 3 tipos de cáncer de piel. Pero me quedó la idea de que “lo habían operado y luego tenía que usar protector solar” y ya.

Creo firmemente que todo pasa por una razón. Estoy agradecida con Dios, sin poder expresarlo en su totalidad, por haberme permitido vivir esta experiencia a manera de “llamada de atención” y poder aportar generando conciencia en torno a nuestra piel.

Para nada el cáncer de piel es un “menor tipo de cáncer”. Es solamente que se puede detectar mucho antes que sea muy tarde.

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